Tipos de siesta

Oct 11, 2018 | CURIOSIDADES | 0 Comentarios

El 12 de octubre es la Fiesta Nacional en España. Una de las cosas más comunes en cualquier región y famosas en el plano internacional es la siesta. ¿Quién no ha conocido a una persona de otro país, y al decir que es de España, no ha tenido a ese alguien que le diga: “Sí, España… ¡siesta!”? Es un fenómeno que, como ya habéis leído en otros artículos, traspasa fronteras. Lo mejor de la siesta es que no existe una siesta única, sino que hay muchos tipos de siesta que a lo largo de nuestras vidas hemos echado. Y más de una vez,  y dos. Estos son los más comunes.

  • La siesta “milagrosa”: ¿Es posible que quince minutos de relax y descanso recuperen una mañana entera de desgaste? Lo es. Una de esas siestas donde no te explicas cómo puedes haber recuperado tanto, habiendo dormido tan poco tiempo. Esta siesta se conoce como “siesta de la energía”. Según un estudio de la revista Sleep, este tipo de siesta produce mejoras inmediatas en la latencia del sueño, la somnolencia, la fatiga y el rendimiento cognitivo. Estas siestas duran de 10 a 20 minutos, y a lo sumo pueden extenderse hasta los 30.
  • La siesta que quita neuronas: Esta siesta dura más de media hora. Después de un día de mucho cansancio físico y mental, el despertar provoca la sensación de haber sido arrollado. Una de esas siestas de las que cuesta despertar y volver a hacer vida. Este tipo de siesta es frecuente tras una mañana de actividad física de bastante intensidad, o tras una larga noche de diversión. Este tipo de siesta es frecuente en los días de resaca, por ejemplo.
  • Las siestas donde “todo vale”. Necesitas cerrar los ojos de cualquier forma, te queda una larga jornada por delante y no estás en casa. Cualquier lugar te parece bueno para cerrar un rato los ojos, y acabas encontrando acomodo en cualquier lugar. Da igual que sea en un medio de transporte, que cualquier sillón que hayas encontrado. Son siestas en las que todo vale con tal de recargar un poco las pilas.
  • “Yo no quería, pero…”. A este tipo de siesta podemos llamarla la siesta involuntaria, o la de “no quería dormir, pero se me cerraron los ojos”. Por todas esas veces que caes rendido cuando estás viendo una película o una serie, o estás leyendo un libro.

DA IGUAL LA DURACIÓN Y DONDE QUIERAS ECHARLA: SIEMPRE VAS A ELEGIR LA SIESTA COMO UN RECURSO QUE MEJORA TU DÍA

  • La siesta del borrego. Esta es habitual. ¿Estás en casa por la mañana, y crees que te falta descansar un poco? Esos momentos antes de la hora de comer son un rato muerto que puedes aprovechar para cualquier cosa. Una siesta que recargue las pilas y ayude a afrontar la tarde con energías es una opción muy recomendable. A esta siesta se la conoce popularmente como “Siesta del borrego”. Tan longeva y clásica como efectiva.
  • Más vale tarde que nunca. La siesta no siempre tiene que ser para después de comer. Además de la siesta del borrego, también está la siesta vespertina. Esta siesta es un buen receso para antes de la noche, y tiene distintas razones. El cansancio de un largo día de trabajo tras un mal sueño nocturno, que obliga a parar; cargar pilas antes de una noche larga, o simplemente, que no la puedes evitar. Cuidado por si estas siestas se te van de las manos, porque pueden tirar por tierra tus planes de noche.

Seguro que en más de una ocasión has hecho todas y cada una de estas siestas. Un fenómeno rico en variables y óptimo para el descanso.

La siesta es un fenómeno internacional que traspasa fronteras. NapYork, una empresa de New York que alquila distintos rincones de su espacio habilitado para dar una cabezada, es un ejemplo de lo internacionalizado que se ha vuelto un fenómeno tan genuino como imprescindible. Porque nunca más va a estar mal visto dormir siesta.