¿Por qué tu hijo no puede dormirse?

El descanso de los niños es una de las mayores preocupaciones para cualquier madre o padre, tanto porque afecta a la calidad del sueño de los progenitores como porque afecta al descanso y rendimiento de los pequeños. Además, el hecho de no dormir lo suficiente o del tirón puede traer consigo otras consecuencias como problemas en el desarrollo, el rendimiento académico, la aparición de estrés, irascibilidad… Pero, ¿qué es lo que desencadena todos los problemas? ¿Por qué nuestros hijos no consiguen conciliar el sueño?

Muchos de estos problemas radican en el mero hecho de ir a dormir, porque los pequeños asocian esta acción con la separación de sus padres. A pesar de sus cortas edades, todos los niños son muy resolutivos. El llanto, los juegos y la televisión se convierten en mecanismos de defensa para retrasar la hora de acostarse y evadir el sentimiento de abandono. No hay que olvidar que durante años han sido mecidos y alimentados con el fin de que quedasen plácidamente dormidos, una rutina que en la actualidad ha desaparecido.  Por eso hay que explicarles que igual que antes se les daba de comer y ahora son capaces de comer por sí mismos, lo mismo sucede con el acto de dormir. Incluso hay que reforzar estos argumentos con unos hábitos que se repitan cada noche. Así los niños entenderán que solo es una evolución y poco a poco el miedo a la separación irá diluyéndose poco a poco.

Sin embargo, las pesadillas también suelen ser el detonante de este tipo de problema sobre todo entre los 6 y 12 años. Algunos niños han pasado por situaciones difíciles que durante la noche reviven, en este caso se aconseja acudir al psicólogo para tratar de raíz el problema. En cambio, el resto de niños suelen tener pesadillas por cosas a las que tienen miedo (ciertos animales, a las alturas, al mar…) o por consumir ciertas películas. En estos casos, hablar con los niños y preguntarles sobre lo que aparece en ese tipo de sueños puede ser de gran ayuda.

Algunas veces, el hecho de orinarse en la cama puede ser traumático para ellos. Esta acción se produce inconscientemente, es incontrolable e incluso puede darse el caso en que los niños lleguen a soñar que van al servicio.  Ante el miedo de volver a mojar la cama y recibir una nueva riña por algo que no pueden controlar, se oponen al momento de ir a dormir. Por tanto, para reducir los riesgos de esta situación es aconsejable no enfadarse con ellos y explicarles que hay que ir al servicio antes de acostarse. Mientras consiguen mantener sus esfínteres poco a poco, siempre puedes optar por utilizar una funda de colchón impermeable. Así por lo menos podrás proteger tu colchón de la humedad mientras desaparece el problema