Jet lag, el desequilibrio entre reloj interno y externo

Ago 14, 2020 | CONSEJOS, DESCANSO, TRASTORNOS DEL SUEÑO

Tras pasar varias horas en un aeropuerto y otras tantas de viaje, por fin hemos alcanzado nuestro objetivo. Nos encontramos ante un país desconocido dispuestos a vivir aventuras, descubrir lugares y socializar con la gente del lugar. Aquellos que tengan suerte de poder hacerlo.

Pero, hay un problema. De repente no podemos salir de la habitación del hotel y luego único que nos apetece es descansar y dormir. ¿Qué nos pasa? Tranquilidad porque es algo natural. Estás siendo víctima del jet lag o “trastorno de desfase horario”, un malestar relacionado con el sueño que, de manera temporal, afecta a aquellos viajeros que se han desplazado en poco espacio de tiempo por diferentes husos horarios.

¿Qué es el jet lag y cuáles son sus síntomas?

Como hemos explicado en otras ocasiones, el cuerpo humano cuenta con su propio reloj interno que sirve para indicar cuándo debemos estar despiertos y cuándo dormimos. Estos ritmos circadianos pueden ser alterados de diferentes maneras. Ya sea por turnos rotativos en el trabajo, por la mayor exposición a la luz solar que padecemos en verano o incluso si nos vamos de viaje.

El jet lag aparece tras esos largos viajes y travesías en avión donde se recorren distancias tan grandes que pasamos por distintos y múltiples husos horarios. Como si fuéramos una aplicación de smartphone, al cruzar varios de estos husos horarios, nuestro reloj interno y los llamados ritmos circadianos encargados de regular nuestro ciclo de sueño-vigilia se desincronizan con la hora de nuestra nueva ubicación. Ese decir, cada kilómetro que sumamos a nuestro cuerpo acaba afectándolo, provocando un trastorno de desfase de descompensación horaria que se manifiesta de diferentes maneras:

– Fatiga durante todo el día.

– Pérdida de apetito.

– Alteración del sueño, aparición del insomnio, despertarnos a horas muy tempranas y sufrir algún tipo de somnolencia desmesurada.

– Dificultad para concentrarnos en nuestras actividades cotidianas.

– Cambios de humor.

– Sensación de malestar general.

– Problemas de salud relacionados con el estómago (estreñimiento o diarrea).

Estas son las causas que producen su aparición

Nuestro reloj interno se altera si cruzamos distintos husos horarios a gran velocidad. Los llamados ritmos circadianos se enfrentan de repente y sin tiempo para aclimatarse a una ubicación cuyo horario es distinto al del día anterior. Por poner un ejemplo práctico, casi como aquellos problemas de matemáticas: si tomas un avión en Boston a las cuatro de la tarde del miércoles y aterrizas en Madrid sobre las siete de la mañana del jueves, tu reloj interno pensará que es de madrugada. De esta manera, durante varios días y hasta que el cuerpo consiga adaptarse, tu ciclo de sueño-vigilia y los hábitos intestinales (de ahí los problemas estomacales derivados del jet lag) estarán desfasados con el horario de Madrid.

Más allá de la desincronización provocada por haberse desplazado a gran velocidad por diferentes husos horarios, la luz solar también influirá en la aparición del jet lag. Como bien sabes, la exposición al sol dificulta la regulación de la melatonina, la hormona que ayuda a la conciliación del sueño y la vigilia. Por ello, en caso de que hayas viajado por diferentes husos horarios, habrás alterado tu exposición, provocando un desorden interno de tus ritmos circadianos. Para mitigarlo, puedes intentar una mayor exposición a la luz interna en la nueva ubicación.

Por último, los expertos han encontrado en la presión, en la atmósfera de la cabina aérea e incluso en la falta de hidratación, otros motivos que pueden provocar el trastorno del jet lag.

Cómo prevenir el jet lag

Si bien resulta complicado eliminar por completo el jet lag cuando te expones a viajes transoceánicos, existen una serie de medidas y buenos hábitos que pueden ayudar a luchar contra su aparición completa y a reducir sus molestos efectos. Por tanto, si estás en disposición de coger un avión para cruzar diferentes husos horarios, te recomendamos tomar las siguientes precauciones:

– Ajusta los relojes incluso antes de coger el avión.

– No te acuestes cuando llegues. Aguanta y espera a que se haga de noche en tu nueva ubicación.

– Duerme todo lo que puedas antes de tomar el avión. Intenta llegar a tu nuevo destino sin falta de sueño.

– Planifica el cambio horario ajustando de manera gradual tus relojes días antes de partir. Por ejemplo, si vas a viajar hacia el este, vete a dormir una hora antes durante varios días. Si vas a tomar un avión con destino a Estados Unidos, Canadá o América Latina, acuéstate una hora más tarde durante varias jornadas.

– Duerme durante el viaje si vas a llegar a una ciudad donde es de noche.

– Para evitar que el aire seco de la cabina te pueda deshidratar, bebe mucha agua antes, durante y después del viaje.