Exceso de trabajo y descanso: Cómo conseguir el equilibrio

May 8, 2021 | CONSEJOS, DESCANSO

Si tuviéramos que definir con pocos trazos cómo somos las personas hoy en día, podríamos decir lo siguiente: urbanitas con exceso de trabajo, poca tendencia por el descanso, en constante movimiento, adictos al estrés, a la tecnología y a las alertas permanentes. ¿En qué depara todo esto? En un grupo numeroso de gente con problemas de ansiedad, que no saben conciliar lo laboral con lo familiar, con problemas de salud por falta de sueño y demasiado apegadas a las redes sociales.

 Así es la vida del ciudadano medio

Lo llamaron síndrome de Burnout, aunque aquí lo conocemos más como el síndrome del quemado. Es decir, aquellas personas que padecen una cronificación del estrés laboral que se manifiesta con un cansancio físico y psicológico, afectando así la salud, la energía, el estado de ánimo y la autoestima personal.

Con la normalización de las nuevas tecnologías, Internet y las diferentes aplicaciones o redes sociales, el trabajo se pudo ver beneficiado. Mirándolo con positivismo, hoy en día podemos trabajar desde cualquier lugar del mundo, podemos ahorrarnos situaciones como los atascos matutinos, ahorramos en gasolina, y contaminamos menos por la disminución de emisiones CO2. En definitiva, poder realizar nuestras actividades laborales desde casa nos debería permitir mayor tiempo libre, conciliación familiar, relaciones sociales y, cómo no, un mejor descanso. Sin embargo, esta no es la realidad.

Aunque en países como Francia se ha intentado regularizar este hecho, a día de hoy las personas estamos más expuestas a nuestras empresas. Esa misma tecnología que tanto hemos aplaudido en el párrafo anterior, es también la culpable de que recibamos (y miremos) correos electrónicos laborales antes de acostarnos (o incluso en la cama), trabajemos los domingos por decisión propia y, en definitiva, no desconectemos mentalmente de las obligaciones laborales. Obviamente, esta situación extendida entre la sociedad occidental moderna ha provocado un deterioro grave del descanso mental y físico, haciéndonos más proclives a enfermar.

Las consecuencias de no desconectar del trabajo y su relación con el sueño

Poniendo el foco en la necesidad del descanso físico y lo poco que nos lo permite el ritmo de vida actual, encontramos un patrón obvio entre la mayoría de la sociedad. La facilidad que tenemos en no desconectar del trabajo y la obligación autoimpuesta de comprobar correos, proyectos y atender llamadas fuera del horario laboral, nos ha llevado a dormir no solo menos horas, sino a peor calidad.

Hemos comentado en innumerables ocasiones la influencia de una buena higiene del sueño para nuestra salud. Si no descansamos lo suficiente cada noche, al día siguiente no solo vamos a rendir peor, sino que a la larga nuestro cuerpo se va a resentir

Ese estrés y esa ansiedad provocadas por el exceso de trabajo, se traducen a nivel físico en una mayor producción de cortisol. La hormona que controla el estrés se activa ante estas situaciones cotidianas y extendidas en el tiempo, afectando así a zonas cerebrales que guardan relación con el aprendizaje, la memoria o la concentración. A nivel físico, el exceso de trabajo también puede conllevar graves consecuencias como enfermedades cardiovasculares, diabetes o deterioro de ciertas articulaciones.

(h3) Cómo evitar que el trabajo interfiera en la calidad de nuestro descanso

Dormir no solo es una necesidad fisiológica que reinicia nuestro sistema inmunológico, nos carga las pilas y refresca nuestro cerebro. Dormir es también un placer. Uno de los pocos que no cuesta dinero y es accesible a toda la humanidad. ¿Por qué negárselo en favor del exceso de trabajo?

Con la pandemia y sus consecuencias aún a la orden del día, la desconexión mental se debería volver más obligada. Las personas tenemos derecho a desconectar, a fijarnos unos horarios laborales con un claro límite y a no contestar llamadas a deshoras o contestar emails laborales desde la propia cama.

Lo ideal es todo lo contrario. Disponer de un trabajo en el que se respete el tiempo libre y adecuar nuestro descanso para poder desconectar cuerpo y mente. Para ello, nada mejor que realizar actividades físicas después del trabajo, mantener una vida social plena y, cuando llega la noche, alcanzar esa ansiada higiene del sueño con la ayuda de un equipo de descanso que cuente con el mejor colchón del mercado. Y, por supuesto, liberarnos de todos los dispositivos electrónicos cuando estemos en casa.