Siestas de Verano: Beneficios y Cómo Disfrutarla

Ene 9, 2024 | CONSEJOS, DESCANSO

Una de las costumbres más tradicionales y repetidas entre la sociedad española es la de echar la siesta en verano. Así podríamos fijar la estampa típica: una persona dormida en el sofá mientras en la televisión aparece unos cuantos corredores ciclistas subiendo alguna de las montañas más altas de los Pirineos. Pero, ¿hasta qué punto esta viñeta cotidiana es real?

¿Seguimos los españoles echando esas siestas maratonianas? Analizamos si este hábito tan arraigado entre los ciudadanos se sigue practicando.

¿Qué es la siesta de verano?

Se llama siesta de verano a la costumbre de dormir unos minutos (entre 20 y 30) después de la comida con el objetivo de renovar energías para afrontar el resto de la jornada. Muy saludable durante todo el año, es la siesta de verano la que más necesaria puede parecernos ya que el calor y las copiosas comidas nos provocan frecuentemente una mayor somnolencia.

El origen de la palabra siesta se encuentra la hora «sexta» de la Antigua Roma, correspondiente al mediodía, cuando se realizaba una pausa en el trabajo con el fin de reponer fuerzas.  Una costumbre muy extendida en los países de habla hispana, aunque también en Oriente y norte de África. Sin embargo, es España el considerado como país de la siesta por antonomasia. Algunos de los turistas extranjeros que nos visitan cada verano sólo saben 2 palabras en español: paella y siesta.

En cambio, la explicación biológica de que tengamos sueño después de comer es que nos aumenta el nivel de la glucosa y esto disminuye el nivel de orexina, que es la hormona que nos mantiene alerta.

Personajes como Winston Churchill y Albert Einstein se declararon entusiastas de la siesta. Pero, si hay que buscar a un auténtico apologista de esta costumbre, debemos recordar a nuestro Nobel de Literatura Camilo José Cela, que la consideraba casi como una religión.

Pautas para disfrutar de la mejor siesta de verano

Lo que durante el resto del año nos puede resultar difícil por el ritmo de vida que llevamos (conciliación familiar, largas jornadas laborales y académicas), en verano su uso parece multiplicarse. Pero, ¿estamos seguros de que la práctica de la siesta se dispara en los días estivales?

Según indicó un estudio realizado por la Asociación Española de la Cama, tan solo el 16% de la población española seguía manteniendo la costumbre de echarse la siesta tras comer. Sin embargo, estos datos escondían una pequeña trampa. Durante el verano su práctica incrementa. Gracias a las vacaciones y las jornadas de trabajo más reducidas, los españoles aprovechan para dormir después de comer.

Y aunque el número de siestas aumente en verano, eso no es sinónimo de hacerlo bien. Por ello, desde Maxcolchon establecemos una serie de pautas y consejos que, de cumplirlos, conseguirán que practiques la siesta perfecta y la conviertas en todo un arte digno de exponerse en un museo.

1. La siesta de verano también tiene sus horarios

Por muy humano que podría resultar el hecho de dormirte la siesta a cualquier hora del día, intenta cumplir las indicaciones de los expertos: justo después de comer. Bajo tu responsabilidad quedará si aprovechas que te has tomado un aperitivo a las 12 del mediodía para practicar lo que popularmente conocemos como la siesta del cordero.

2. No duermas en cualquier sitio

Evita eso de utilizar el césped de las piscinas o la arena de la playa a modo de colchón viscoelástico. O incluso el sofá. ¿Para qué has aprendido que existen modelos low cost perfectos para tu segunda residencia? Acuéstate en la cama para que tu espalda no quiera tomarse unas vacaciones de tus vacaciones.

3. No duermas en exceso

Nadie te va a impedir que conviertas una siesta en una especie de récord del Guinness donde has batido la plusmarca mundial poniéndola en una siesta de cinco horas. Pero ya sabes lo que te va a acarrear las siestas maratonianas: por las noches te vas a convertir en un búho y, a la larga, el uso recurrente de estas largas siestas perjudicará tu higiene del sueño.

4. Cuidado con dormir al sol

El calor no es el mejor amigo de las siestas y el descanso, así que evita la constante exposición al sol y no intentes dormir en exteriores o en las habitaciones más calurosas de tu hogar o segunda residencia. Busca un lugar fresco y oscuro.

En ocasiones podemos ver en la playa a personas a las que no se les ocurre otra cosa que dormir sin ningún tipo de protección al mediodía, con lo que se juegan una insolación e incluso quemaduras serias en la piel.

5. Cuida la alimentación si vas a dormir siesta

Regar una comida estival con sangría (u otras bebidas alcohólicas como la cerveza o el vino) es casi un mantra universal. Va a resultar muy difícil que no quieras compartir una comida con amigos entre cierto tipo de bebidas, pero has de saber que luego no van a facilitar tu descanso. Intenta evitar en la medida de lo posible la ingesta de alcohol o tus siestas no serán las más confortables del mundo.

En resumen, busca un lugar cómodo, con poca luz y poco ruido y, en la medida de lo posible en verano, con una temperatura agradable. Es preferible que subas a la habitación del hotel si estás de vacaciones. Descansa entre la una y las cinco de la tarde. Una siesta posterior podrá darte problemas para dormir adecuadamente por la noche.

Por último, procura dormir la siesta sentado antes que acostado, especialmente si padeces de problemas gástricos, que empeoran en posición horizontal.

Beneficios de disfrutar de una buena siesta de verano

  1. Es recomendable no dormir más de 30 minutos, ya que más tiempo podría provocarte un trastorno del sueño y no dejarte dormir por la noche.
  2. Previene cardiopatías y reduce la tensión arterial, ayudando a reducir la ansiedad y el estrés y a tonificar los músculos.
  3. Facilita la concentración, la creatividad y el aprendizaje, siendo por eso muy adecuado tanto para trabajadores como para estudiantes echar una cabezadita para poder rendir adecuadamente por las tardes. Si te ha tocado quedarte en la oficina o tienes alguna asignatura pendiente para septiembre te vendrá de perlas.
  4. Mejora los reflejos, llegando a duplicar los niveles de alerta y reduciendo los errores en distintas tareas, como conducir. Si estás de viaje con la familia y paras para comer en alguna estación de servicio, no dudes en tomarte tu media hora de siesta a la sombra antes de reanudar el trayecto.
  5. Fomenta la positividad y mejora el estado de ánimo, aumentando nuestros niveles de serotonina y proporcionándonos una sensación de bienestar y satisfacción.